jueves, 4 de marzo de 2010

Si la culpa es de Morfeo…

Son comunes, cada vez más las quejas de no haber descansado bien, de levantarse cansado o de directamente no haber podido cerrar un ojo en toda la noche. Hoy las alteraciones del sueño son mas variadas, comunes y afectan a todas las edades.

Primero debemos saber que el sueño es un proceso activo que implica varias etapas. Primero nos relajamos, disminuyendo la respiración, el ritmo cardiaco, nervioso y la tensión muscular. Superamos el ensueño y cada vez mas disminuyen la actividad de esos sistemas. Pasamos luego al sueño leve y finalmente entramos al sueño profundo. Aca los cuatro sistemas (nervioso, respiratorio, cardiaco y muscular) se hallan en su mínima actividad. Pero eso aun no es dormir, es solo sueño profundo.

Porque el proceso continua incrementándose las actividades de todos los sistemas, excepto el muscular que queda en su fase menor o de hipotonía. Tanto es asi, que llegamos (aun estando dormidos) a una fase en donde tanto la respiración, el ritmo cardiaco y nervioso se encuentra como si estuviéramos despiertos; esta es la etapa REM o en castellano MOR (movimientos oculares rápidos), dado su nombre a que el sujeto en esta etapa mueve sus ojos de un lado hacia otro. Aca es donde se produce el verdadero dormir, donde se elaboran los contenidos diurnos, donde se descansa y regeneran sistemas internos. Es la etapa que si nos despertamos, podemos recordar lo que soñamos. Es la etapa en la que por ejemplo, si se da un mal sueño aparecen las PESADILLAS (en las que reaccionamos con un “ahhh, fue un sueño”). En cambio un contenido desagradable en las otras etapas puede ser un TERROR NOCTURNO, donde continúa el estado de pánico, temor y miedo aun sabiendo que ya estamos despiertos…

Y esto se explica fácilmente. Veamos que en la pesadilla (en estado REM) se encuentra directamente con todos los indicadores activos a diferencia que en el terror en donde se da una descompensación muy grande desde los más bajos niveles de actividad fisiológica hasta lo activo que implica estar en vigilia. Esto explica el mito del sonámbulo, aquel que no se le puede despertar. Este se encuentra en una etapa NO REM, por lo tanto si se lo despierta deberá que sobrecompensarse muy rápidamente, implicando un fuerte sacudon nervioso, respiratorio y cardiaco, que en caso de debilidad cardiaca, puede generar serias complicaciones.

Muchas afectaciones hoy en día se debe a estrés acumulado, ansiedades mal manejadas, desfasaje en las horas de actividad normal, (dormir de día en vez de noche), consumo de sustancias intoxicantes (drogas o alcohol en exceso) o energizantes a base de cafeína, etc. Las enfermedades más comunes son el insomnio, la hipersomnia, la narcolepsia, etc.

El insomnio básicamente refiere a no haber podido dormir o levantarse cansado, no habiendo tenido un sueño reparador. Por más que contemos ovejitas, nada.

Lo interesante es que, como vimos el sueño reparador se da en etapa REM y eso muchas veces tampoco lo logran las pastillas, dado que solo nos llevan al sueño profundo y por lo tanto no compensador.

Una terapia debe conducir a poder encontrar los motivos de las dificultades del sueño, que afectos hay en juego y lograr técnicas que permitan una mejor relajación y avance a los “brazos de Morfeo”.