martes, 13 de octubre de 2009

Cuestión de Tiempo



¿Qué es el envejecer? ¿Será un castigo o un premio? En esta nota,
inten­taremos abordar el tema del envejecimiento, pero ya les anticipo una
posible respuesta a la pregunta inicial: No es ni premio ni castigo, es sólo una
consecuencia.

Es que al pa­sar los años en cada una de nuestras eta­pas evolutivas se nos da algo y se nos quita algo. A la volunta­riosa frase de "todo tiempo pasado fue mejor" se le escapa recordar las verdaderas frustraciones y momentos malos que pasamos en cada etapa.


SABER CRECER
Siempre, estamos en la vida crecien­do o desarrollándonos y ambos no son sinónimos sino aspectos madurativos que con suerte diversa se alternan en cada uno.
Dado que el crecimiento como mero envejecimiento de células viene inexo­rablemente, pero la posibilidad de desa­rrollarnos será una opción de que hace­mos para acompañar ese crecimiento.


En cada momento de la vida, lo que dejamos de hacer que debiéramos haber hecho, va ha ser recordado por nuestro cuerpo o nuestra mente. Llevar una buena vida o no poder llevarla, una dieta equilibrada o un ataque gástrico permanente, el poder cuidarse en todo aspecto o el pensar que... "y bue... de algo hay que morir"... para todos los casos (y acá no crean que implica el poseer un buen nivel econó­mico o no, dado que, por ejemplo, no fumar, no comer en exceso o hacer algún tipo de deporte, no es privativo de una clase social determinada).


Por eso la vejez, es una consecuen­cia. Obviamente que sin considerar acci­dentes o situaciones que sobrevengan justo en ese momento, ni tan poco dejar de lado que vivimos en una sociedad que no respeta a los viejos, y que en vez de acompañarlos les hace sentir que están solos y que no sirven para nada. Por suer­te vemos algunos espacios en donde la vejez es un canto a la vida (clubes de jubi­lados, espacios de servicios, voluntaria-, dos, etc.) que nos dan ejemplos de espe­ranza a todos.
Así, en términos generales vemos que envejecer no es más que la conse­cuencia de como llevamos adelante nues­tra vida, que hicimos, que hacemos y que dejamos de hacer. La madurez de cada etapa de nuestra vida viene con la posibi­lidad de haber aceptado los cambios, las ventajas (que las hay) y las limitaciones que vienen (que no son pocas)

El saber envejecer, por lo pronto es toda una virtud que se conquista a lo largo de la vida, pero puede mejorarse con una filosofía adecuada. Sino es sólo consolarse, lamentarse diariamente y reconocer con los años que uno no cam­bia... simplemente empeora.


UNA MIRADA SOBRE LA VEJEZ
Para terminar traigo una parte de un cuento de Paulo Coelho, que bien sirve para reflexionar:
Ana Cintra cuenta que su hijo peque­ño -con la curiosidad de quien oyó una palabra nueva pero no entendió su signi­ficado- le preguntó:


- "Mamá, ¿qué es la vejez?"
En una fracción de segundo antes de responder, Ana hizo un verdadero viaje al pasado. Se acordó de los momentos de lucha, de las dificultades, de las decep­ciones. Sintió todo el peso de la edad y de la responsabilidad sobre sus hombros.
Se volvió para mirar al hijo, que -sonriendo- esperaba su respuesta.
-"Mira mi rostro, hijo," dijo ella. "Es­to es la vejez."
Me imagino al jovencito mirando sus arrugas y la tristeza en sus ojos.
Cuál no fue su sorpresa cuando, des­pués de algunos instantes, el niño le dijo:
-"¡Mamá! ¡Qué bonita es la vejez!".