¿Qué es el envejecer? ¿Será un castigo o un premio? En esta nota,
intentaremos abordar el tema del envejecimiento, pero ya les anticipo una
posible respuesta a la pregunta inicial: No es ni premio ni castigo, es sólo una
consecuencia.
Es que al pasar los años en cada una de nuestras etapas evolutivas se nos da algo y se nos quita algo. A la voluntariosa frase de "todo tiempo pasado fue mejor" se le escapa recordar las verdaderas frustraciones y momentos malos que pasamos en cada etapa.
SABER CRECER
Siempre, estamos en la vida creciendo o desarrollándonos y ambos no son sinónimos sino aspectos madurativos que con suerte diversa se alternan en cada uno.
Dado que el crecimiento como mero envejecimiento de células viene inexorablemente, pero la posibilidad de desarrollarnos será una opción de que hacemos para acompañar ese crecimiento.
Siempre, estamos en la vida creciendo o desarrollándonos y ambos no son sinónimos sino aspectos madurativos que con suerte diversa se alternan en cada uno.
Dado que el crecimiento como mero envejecimiento de células viene inexorablemente, pero la posibilidad de desarrollarnos será una opción de que hacemos para acompañar ese crecimiento.
En cada momento de la vida, lo que dejamos de hacer que debiéramos haber hecho, va ha ser recordado por nuestro cuerpo o nuestra mente. Llevar una buena vida o no poder llevarla, una dieta equilibrada o un ataque gástrico permanente, el poder cuidarse en todo aspecto o el pensar que... "y bue... de algo hay que morir"... para todos los casos (y acá no crean que implica el poseer un buen nivel económico o no, dado que, por ejemplo, no fumar, no comer en exceso o hacer algún tipo de deporte, no es privativo de una clase social determinada).
Por eso la vejez, es una consecuencia. Obviamente que sin considerar accidentes o situaciones que sobrevengan justo en ese momento, ni tan poco dejar de lado que vivimos en una sociedad que no respeta a los viejos, y que en vez de acompañarlos les hace sentir que están solos y que no sirven para nada. Por suerte vemos algunos espacios en donde la vejez es un canto a la vida (clubes de jubilados, espacios de servicios, voluntaria-, dos, etc.) que nos dan ejemplos de esperanza a todos.
Así, en términos generales vemos que envejecer no es más que la consecuencia de como llevamos adelante nuestra vida, que hicimos, que hacemos y que dejamos de hacer. La madurez de cada etapa de nuestra vida viene con la posibilidad de haber aceptado los cambios, las ventajas (que las hay) y las limitaciones que vienen (que no son pocas)
Así, en términos generales vemos que envejecer no es más que la consecuencia de como llevamos adelante nuestra vida, que hicimos, que hacemos y que dejamos de hacer. La madurez de cada etapa de nuestra vida viene con la posibilidad de haber aceptado los cambios, las ventajas (que las hay) y las limitaciones que vienen (que no son pocas)
El saber envejecer, por lo pronto es toda una virtud que se conquista a lo largo de la vida, pero puede mejorarse con una filosofía adecuada. Sino es sólo consolarse, lamentarse diariamente y reconocer con los años que uno no cambia... simplemente empeora.
UNA MIRADA SOBRE LA VEJEZ
Para terminar traigo una parte de un cuento de Paulo Coelho, que bien sirve para reflexionar:
Ana Cintra cuenta que su hijo pequeño -con la curiosidad de quien oyó una palabra nueva pero no entendió su significado- le preguntó:
Para terminar traigo una parte de un cuento de Paulo Coelho, que bien sirve para reflexionar:
Ana Cintra cuenta que su hijo pequeño -con la curiosidad de quien oyó una palabra nueva pero no entendió su significado- le preguntó:
- "Mamá, ¿qué es la vejez?"
En una fracción de segundo antes de responder, Ana hizo un verdadero viaje al pasado. Se acordó de los momentos de lucha, de las dificultades, de las decepciones. Sintió todo el peso de la edad y de la responsabilidad sobre sus hombros.
Se volvió para mirar al hijo, que -sonriendo- esperaba su respuesta.
-"Mira mi rostro, hijo," dijo ella. "Esto es la vejez."
Me imagino al jovencito mirando sus arrugas y la tristeza en sus ojos.
Cuál no fue su sorpresa cuando, después de algunos instantes, el niño le dijo:
-"¡Mamá! ¡Qué bonita es la vejez!".